PROYECTO: EL HOMBRE TIGRE.
Su proyecto
de vida se funda en dominar. Es el hombre agrio, hiriente, violento, que va
sembrando el dolor y la desolación a su alrededor. La crítica, el chisme, la venganza, si es necesaria, son las armas que emplea para destruir a su enemigo.
No soporta
una contradicción o una frustración, responde con ira. Coloca la
personalidad en la fuerza física o en la contundencia de los argumentos. En el impera la ley de la selva. Intransigente, dominante, autoritario, celoso, acaparador
y posesivo en el campo del amor. Hunde a los otros para sobresalir él.
Competidor, envidioso, se entristece con el bien ajeno, no presta favores.
PROYECTO: EL
HOMBRE ERIZO.
Su proyecto
de vida se apoya sobre un principio mil veces repetido: la vida no tiene
sentido. La existencia la arrastra con pesadez, pues de antemano sabe que no
vale la pena vivirla. Negativo y pesimista ve siempre el lado malo de la
realidad, quejumbroso, vive comparándose con los demás para concluir que su
vida es la más desgraciada.
Como el
erizo, para todo saca sus espinas como el mejor mecanismo de defender su
encastillamiento. Ve enemigos por todas partes. En cada palabra o gesto
descubre un doble sentido que inmediatamente se apropia. Resentido,
desconfiado, se aleja sistemáticamente de sus semejantes, con morbosa
satisfacción colecciona sagradamente los agravios recibidos y con rencor trama
la venganza o el desquite. Su conciencia se ve envuelta en prejuicios,
discriminaciones y barreras que lo separan de los demás. Es dado a la
agresividad y a las explosiones violentas.